En los últimos cinco años, el 90 % del total del financiamiento para generación eléctrica se destinó a energías renovables.
El Banco Mundial se centra en abordar la próxima frontera en materia de acceso a la energía y llegar a las poblaciones pobres y vulnerables, en particular en los países caracterizados por fragilidad, conflicto y violencia (FCV). Ha duplicado con creces el financiamiento anual para acceso a la energía: de más de USD 400 millones en los ejercicios de 2013-15 a más de USD 1000 millones en los ejercicios de 2019-2022. En los ejercicios de 2018-2022, el Banco Mundial ayudó a que unos 77 millones de personas tuvieran acceso a electricidad o a servicios eléctricos mejorados y comprometió USD 5500 millones para promover programas de acceso directo a la energía, principalmente en África.
En el apoyo a los países en desarrollo, se dio prioridad a los esfuerzos para aumentar la generación de energía renovable. En los últimos cinco años, el 90 % del total del financiamiento para generación eléctrica se destinó a energías renovables. En los ejercicios de 2018-2022, se construyeron o rehabilitaron alrededor de 7,6 gigavatios de capacidad de generación de energía renovable a través de operaciones del Banco Mundial. En el mismo período, se ayudó a 28 millones de personas a obtener acceso a formas de cocinar y calefaccionar más limpias y más eficientes.
El Banco Mundial se comprometió a acelerar una transición energética “justa” que proteja a las personas, las comunidades y el medio ambiente.
Apoyar una transición justa hacia la eliminación del uso de carbón
Para garantizar un futuro de energías limpias, es fundamental que los países con los niveles más altos de emisiones dejen de utilizar combustibles fósiles, en particular el carbón, la fuente de energía predominante y con los niveles más elevados de uso de carbono en el mundo.
El Banco Mundial tiene décadas de experiencia apoyando a los países donde se cierran minas de carbón y centrales eléctricas, dondequiera que se encuentren en el proceso de transición. Desde 1995, ha proporcionado más de USD 3000 millones para respaldar transiciones relacionadas con el carbón. Se da prioridad a la interacción temprana con las comunidades, ayudando a la creación de instituciones locales y regionales más fuertes, la formulación de planes de protección social sólidos y una planificación anticipada para reconvertir tierras y activos carboníferos y desarrollar energías renovables que ocupen su lugar.
Aumentar el apoyo para reducir las emisiones de metano
El impacto del metano en el cambio climático a corto plazo es enorme y cada vez mayor, ya que tiene 80 veces el poder de calentamiento del CO2 en los primeros 20 años tras la generación de las emisiones. Las emisiones de metano también están aumentando al ritmo más rápido de la historia, siendo un 15 % más elevadas en 2021 que entre 1984 y 2006.
El Banco Mundial colabora con Gobiernos y empresas en el marco de la Asociación Mundial para la Reducción de la Quema de Gas (GGFR) con el fin de poner fin a la quema y venteo regular de gas, que liberan metano en los emplazamientos de producción de petróleo. El Banco aborda los obstáculos técnicos, regulatorios y financieros que dificultan la reducción de la quema y el venteo, desarrolla programas específicos para reducir estas prácticas en los países, y realiza estudios para apoyar a los Gobiernos. Desde 2003, la GGFR trabaja para reducir la quema y las emisiones de metano en todo el mundo.
IFC, la entidad del Grupo Banco Mundial dedicada al sector privado, apoyó en Iraq uno de los mayores proyectos de reducción de la quema de gas en el mundo mediante la concesión de un préstamo de USD 360 millones, ayudando a evitar la quema innecesaria al tiempo que se respalda la transición energética del país y se amplía el acceso a la energía para los pobres.
